Más que un ritual para atraer la buena suerte es un acto que debemos hacer de vez en cuando. Todos deseamos buena suerte y acontecimientos afortunados, tanto para nosotros mismos, como para nuestros seres queridos, asi que os daré algunos “truquillos” basados en el feng-shui, arte milenario utilizado por la cultura asiática, para atraer energías armónicas, elevar nuestro nivel vibratorio, y llenar nuestra existencia de felices acontecimientos.
Para empezar, debemos rodearnos de cosas que nos gustan o que simbolizan nuestras creencias más profundas, como objetos de culto si somos religiosos, o si no lo somos, representaciones de la naturaleza. Si tenéis en vuestro entorno, algo que no es de vuestro agrado o que os provoca “mal rollo”, ya sea por su estética o por su procedencia, deshaceros de ello.
Hace unos años, cuando me dedicaba a las terapias alternativas, una paciente me comentó que desde hacía un tiempo las cosas no le iban bien. Le pregunté que si en su hogar, había algún objeto que le incomodaba y me contestó que se veía obligada a conservar una pequeña estatua que no le gustaba, para no herir los sentimientos de su pareja, ya que le fue regalada por la tía de él.
Le aconsejé que la sacara de su casa y en cuanto lo hizo, tanto la ansiedad como las dificultades económicas, que padecía desaparecieron. Encontró un trabajo bien remunerado y su relación sentimental mejoró.
Hacer un repaso de cada objeto que se encuentra en vuestro entorno y eliminar lo que ya no os sirve, os incomode o esté roto y probar los resultados
En cambio, las figuras o lienzos de ángeles, paisajes, gemas o piedras semipreciosas, como el cristal de roca, las ágatas, piritas, amatistas o cuarzos en cualquiera de sus variedades, nos llenarán de energías positivas. Las peceras, fuentes o recipiente con agua atraerán abundancia económica.
Las plantas o nuestros amigos perros, gatos, cobayas, cualquier ser del reino vegetal o animal, siempre que los cuidemos y amemos, elevan nuestra frecuencia vibratoria, atrayendo la buena suerte y la fortuna, gracias al amor que les damos y que recibimos de ellos.
Un abrazo de Pilar Ángela.
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